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8.4.16

GUSFIELD, Joseph R. La cultura de los problemas públicos: el mito del conductor alcoholizado versus la sociedad inocente. Buenos Aires: Siglo veintiuno Editores, 2014.

Introducción  - La cultura de los problemas públicos

El uso del automóvil es un microcosmos a gran escala de los problemas que crea el conflicto entre control y liberación en la vida cotidiana estadounidense. Los temas que engloba el uso del alcohol y del automóvil presentan las tensiones y los complementos característicos de un mundo, que cumple su deber y a la vez se relaja.

Este es un libro acerca de la cultura - los significados públicos - y la estructura social -autoridad, control y desviación.

LA CONSTRUCCIÓN DE LOS PROBLEMAS SOCIALES:
COMO SE VUEL VEN REALES LOS FENOMENOS

En la fábrica de Henry Ford no se llevaron a cabo seminarios sobre las consecuencias éticas del cambio tecnológico para decidir si el nuevo emprendimiento era una acción pública sensata que ameritaba continuarse. La evaluación tecnológica viene después.

LA PLURALJDAD DE LAS REALIDADES POSIBLES

Una de las mayores aspiraciones de este ensayo es echar luz sobre el proceso que ha permitido que la asociación entre la ingesta de alcohol y el hecho de conducir un automóvil se vuelva un problema público.

John Kitsuse y Malcolm Spector (1973): "el proceso por cuyo intermedio los miembros de de-terminados grupos o sociedades definen una 'situación supuesta o posible' como un problema es el tema de estudio distintivo de la sociología de los problemas sociales".

EL CARACTER PÚBLICO DE LOS PROBLEMAS SOCIALES

Es útil establecer la distinción entre problemas públicos y problemas privados. Por eso prefiero la designación "problemas públicos" a "problemas sociales".

No todos los problemas sociales llegan necesariamente a ser problemas públicos.

 ¿Cómo es que determinado tema o problema adquiere estatus público, se transforma en algo en lo cual "alguien tendría que intervenir"?

Cuando se analiza el carácter público de un problema es vital reconocer, una vez más, las múltiples posibilidades de resolución. ¿Quién o qué institución obtiene -o a cual lo endilgan- la responsabilidad de "hacer algo" al respecto?

La relación entre responsabilidad causal y responsabilidad política es, por lo tanto, una cuestión central para comprender como los problemas públicos toman forma y cambian.

Considerar el problema del alcohol como una enfermedad mediante la metáfora de la medicina tiene consecuencias directas sobre el uso del cumplimiento de la ley para resolverlo.

LA ESTRUCTURA DE LOS PROBLEMAS PÚBLICOS

Las personas con quienes hablé en el transcurso de ese estudio originario presentaban una visión bastante uniforme del problema. La ingesta de alcohol dificulta la conducción del vehículo y aumenta el riesgo de accidentes, heridas y muerte. Dado que esa ingesta aparejada con el conducir un vehículo "causa o provoca" accidentes automovilísticos, la solución al problema radica en implementar estrategias que tiendan a disminuir dicha ingesta o la disposición a conducir después de consumir alcohol.

Esta percepción homogénea de la ingesta de alcohol y el uso de automóviles constituye, en opinión de este sociólogo, una muy evidente forma de control social.

No podemos desear aquello que no podemos imaginar.

La imposibilidad o falta de voluntad de las personas para percibir como un problema del transporte el problema de los conductores alcoholizados.

Desde una perspectiva lógica, la ausencia de modos alternativos de transporte es tan causante de conducir alcoholizado como el consumo de alcohol propiamente dicho.

Había una estructura de pensamiento y acción, de instituciones y grupos que contenía el problema y excluía automáticamente cualquier alternativa.

La construcción social de los problemas públicos implica una dimensión histórica.

En cualquier momento dado, no todos los involucrados en el tema tienen la misma capacidad de influir sobre la opinión pública; no todos poseen el mismo grado o clase de autoridad para ser fuentes legítimas de definición de la realidad de dicho problema, ni para asumir el poder legítimo de controlarlo, regularlo y proponer soluciones innovadoras.

El concepto de "estructura" se presta demasiado a creer en forma errada que los acontecimientos públicos poseen un carácter fijo, permanente e inmodificable.

La estructura es el proceso congelado en el tiempo como método. Es una herramienta conceptual para intentar volver comprensible ese proceso.

JUICIOS MORALES Y COGNITIVOS

Si no tenemos una creencia cognitiva en su alterabilidad y un juicio moral sobre su carácter, el fenómeno no es un tema ni un problema.

La realidad de un problema suele expandirse o contraerse conforme cambian los juicios cognitivos o morales al respecto.

LA PROPIEDAD DE LOS PROBLEMAS PÚBLICOS

El concepto de "propiedad de los problemas públicos" deriva del reconocimiento de que en las áreas de la opinión pública y del debate público no todos los grupos tienen igual poder, influencia y autoridad para definir la realidad del problema. A esa capacidad de crear la definición pública de un problema e influir sobre ella aludo cuando me refiero a "propiedad".

Las cuestiones públicas específicas pertenecen al dominio legítimo de personas, roles y funciones específicas que pueden concitar la atención y la confianza de la opinión publica e influir sobre esta.

Los propietarios pueden hacer reclamos y afirmaciones. Otros, ansiosos por obtener definiciones y soluciones del problema, recurren a ellos y se reportan ante ellos.

Así, la Asociación Psiquiátrica de los Estados Unidos ha sido la propietaria del problema de la homosexualidad, y su respaldo o su oposición a la definición de la homosexualidad como un problema psiquiátrico han sido significativos. En cambio, tiene tanta menos influencia lo que opina al respecto la Cámara de Comercio.

Las iglesias llegaron a ser "propietarias" del problema de la bebida en la sociedad estadounidense.

Con la Derogación de la Ley Seca, la autoridad de las iglesias para gobernar el gusto público fue "retirada".

La propiedad pasó a manos de las universidades, la profesión médica y los bebedores propiamente dichos.

DESENTDERSE DE LOS PROBLEMA S, PÚBLICOS

El lema de los fabricantes de bebidas alcohólicas es "la culpa la tiene el hombre, no la botella".

La industria de bebidas alcohólicas gasta poco y nada en investigar los problemas relacionados con el consumo de este producto. No se proclama propietaria del problema y, tanto en la palabra como en los hechos, lo ignora.

RESPONSABILIDAD: CAUSAL Y POLITICA

La propiedad es una pieza en la estructura de los problemas públicos. Indica el poder de definir y describir el problema.

Aquí se vuelve necesario agregar otros dos conceptos: responsabilidad causal y responsabilidad política.

EL DOBLE SENTIDO DE LA RESPONSABILIDAD

El primero -la responsabilidad causal- es cuestión de creencia o cognición, es una afirmación de la secuencia que fácticamente responde por  la existencia del problema. El segundo -la responsabilidad política- es cuestión de políticas. Afirma que alguna persona o alguna dependencia está obligada a hacer algo respecto del problema, a erradicar o aliviar la situación perjudicial.

Esperar que los organismos y las acciones del gobierno controlen la inflación es hacer políticamente responsables a los funcionarios públicos, someter a la respuesta electoral la continuidad o la finalización del problema económico, aunque no se considere que el gobierno es su principal causante.

LA PROPIEDAD Y LA ATRIBUICIÓN DE LA RESPONSABILIDAD

Un tema primordial de este estudio es la relación entre estos tres aspectos de la estructura: propiedad, causalidad y obligación política.

Los "lobbies" ambientalistas, operando bajo una teoría de la responsabilidad causal que considera al automóvil como origen del "aire impuro", han usado su propiedad del problema de la contaminación para atribuir la responsabilidad política a la industria automotriz. El gobierno comparte esa responsabilidad cuando determina los estándares de emisión de gases producidos por los combustibles.

La posición única del Estado lo convierte en figura clave a la hora de atribuir la responsabilidad.

CONOCIMIENTO Y RESPONSABILIDAD

La estructura de los problemas públicos es, por lo tanto, un área de conflicto en la que un conjunto de grupos e instituciones, que a menudo incluye dependencias del gobierno, compiten y pelean por la propiedad de esos problemas o bien por desentenderse de ellos, por la aceptación de las teorías causales y por la atribución de la responsabilidad. En esa instancia el conocimiento y la política entran en contacto.

Si bien el caso de los conductores alcoholizados no despierta pasiones políticas, puede decirnos algo sobre cómo se produce el disenso. Que un tema aparentemente conectado con tantas muertes y lesiones provoque menos demandas de cesación o solución que la Guerra de Vietnam puede decirnos algo acerca de cómo surgen las demandas públicas. Así, "al desorientarnos, nos orientamos".

LA PERSPECTIVA CULTURAL ANTE LAS ACCIONES PÚBLICAS

"Nuestra aspiración primaria", escribió Robert Merton en su artículo clásico sobre el inconformismo, "es descubrir cómo algunas estructuras sociales ejercen una presión definida sobre ciertas personas, instándolas a adoptar una conducta inconformista antes que conformista" (Merton, 1949).

Vale decir que presto más atención a como se constituye el sentido que a como se influye sobre la conducta.

Describir la ciencia como retorica equivale a rebajar o ignorar su estatus de medio que conduce a un fin: una manera de determinar una realidad fáctica.

Considerar la ciencia como una forma de arte significa, en la práctica, examinar su estilo, sus modos de persuasión y sus componentes ficcionales; en otras palabras, su sustancia literaria. Se acepta que la ciencia no es literatura. Pero yo la trato como si fuera literatura para sacar a la luz esos aspectos que se comprenden mejor con un análisis literario.

La importancia de este análisis cultural para la estructura social radica en comprender como la construcción de una realidad fáctica se apoya en la autoridad de la investigación y el estudio científico.

Como performance cultural en niveles de actividad formal y actividad rutinaria, la ley encarna y refuerza los significados. Crea autoridad en el día a día y legitima el control construyendo la imagen de un orden social y natural basado en el consenso moral.

Cuando describo como ilusoria la autoridad estoy creando intencionalmente una ambigüedad de significado. En un sentido, la autoridad es ilusoria porque sus fuentes son ilusorias. Los fundamentos del conocimiento sobre el fenómeno de conducir alcoholizado no son tan certeros, consistentes y constantes como afirman los expertos que impostan una voz de autoridad y sabiduría.

La ilusión de autoridad tiene además otro significado, en que el hecho de la autoridad es ilusorio. La eficacia de las sanciones legales en tanto métodos que disuaden de conducir alcoholizado y previenen accidentes es limitada

Kenneth Burke, el crítico literario que fue figura seminal en el ámbito de la dramaturgia, nos enseñó a prestar atención al lenguaje metafórico mediante el cual se presentan los fenómenos; en este estudio analiza el conocimiento, la ley, la medicina y la tecnología como patrones o modelos culturales, como metáforas con las cuales se presenta una realidad.

Haciendo énfasis en lo utilitario y lo racional, la ciencia social ha buscado reemplazar, en las políticas públicas, el misticismo, la irracionalidad y el conflicto ciego por la razón, el conocimiento y el método científico. Este estudio es menos entusiasta en cuanto al éxito de esa actitud iluminista. La descripción de Peter Gay respecto de la confianza y la "miopía ideológica" de los philosophes del Iluminismo es por demás apropiada: "Nunca descartaron del todo esa ilusión ultima y obstinadísima que atormenta a los realistas: la ilusión de estar libres de ilusiones" (Gay, 1966: 27).

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